Cada vez son más los extranjeros que llegan a España buscando un domicilio y, por ende, una casa. Esto hace que las inmobiliarias y los particulares tengan que negociar con personas que no son nacionales, lo que implica, en algunos casos, lidiar con el idioma y las costumbres que tienen esas personas.
Llegar a los compradores internacionales no es fácil porque las técnicas que se utilizan no suelen funcionar con ellos. Sin embargo, esto no quiere decir que no se puedan obtener ventas con ellos, lo único que necesitas es cambiar el chip y hacer las cosas de otra manera, como por ejemplo:
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Antes de quedar con esas personas, intenta estudiar algo de su cultura, de su país. A ellos les gustará que les enseñes un piso o una casa y hagas referencia a algunas de sus costumbres ya que, de esa manera, van a ver reflejado mucho más su propio país en esa casa. Por ejemplo, si son de tomar el té y tienes una pequeña terraza, puedes comentarles de colocar allí una mesa pequeña para el té para apreciar las vistas. Esto, aunque sea más tedioso, puede ayudarte a conectar mucho más con los clientes y a hacer que se animen en la compra.
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Muestra la vivienda bien limpia y acondicionada. Esto quiere decir que debes presentarla como si viviera alguien (pero sin cosas en medio). Aunque podemos pecar con la decoración, ya que cada uno la decorará de una forma, lo mejor es que se organicen muebles, accesorios, etc. para que resulte acogedora, aunque después se sepa que van a cambiarlo por completo. Un pequeño truco es que uses una decoración neutra.
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Marketing sensorial. ¿Te suena? Quizá con este ejemplo te sonará más. Imagina que entras en la cocina y te recibe un olor a pan recién hecho. O imagina que entras en una habitación y el olor a algo suave y dulce tu recibe. Eso es lo que se llama marketing sensorial, la posibilidad de conectar con el comprador desde el sentido del olfato. Aunque no lo creas, está mucho más desarrollado que otros sentidos y puede hacer que se decante antes por la compra.
¿Qué otros trucos utilizarías tú?