Colgar un cuadro puede ser lo más sencillo del mundo… O lo más difícil a lo que te enfrentes, depende de cuánto se te resista el trabajo. Yo por ejemplo no había colgado antes un cuadro por mí misma (siempre he dejado que otros profesionales lo hicieran) y lo cierto es que no es tan difícil (creo que lo difícil es confiar en que lo que has puesto no se te va a caer encima).
Colgar un cuadro requiere de dos cosas importantes: Colgarlo recto en donde quieras hacerlo y que la puntilla, alcayata o lo que hayas usado para colgarlo no se caiga y tire el cuadro (menos aún que te caiga encima).
Lo primero que necesitas para colgar un cuadro es saber dónde lo quieres colgar, la altura a la que lo quieres y poco más. Una vez elegido (puedes poner el cuadro e ir subiendo, bajando, llevándolo a la izquierda o a la derecha hasta que esté a tu gusto) sólo tienes que hacer un poco de presión en la pared para que se quede la marca del cuadro en la pared (normalmente por donde vas a colgarlo).
Es bueno que tengas en cuenta una cosa, no has de poner la alcayata en donde has hecho la marca sino más arriba para que el cuadro caiga justo en ese lugar. Ahora tendrás que clavar la alcayata ayudándote de un martillo (si no tienes, como me pasó a mí, puedes usar una herramienta que tenga una parte lisa y lo bastante dura como para golpear con ella). No has de clavarla entera, sólo lo suficiente para que no se caiga y puedas introducir el soporte para el cuadro.
Si te sale torcido lo que has de hacer es mover un poco (dale unos golpecitos) al soporte del cuadro de modo que se mueva un poco para hacer equilibrio. Pero vamos, normalmente no suele haber problemas.