Cuando toca decorar una casa, sabes que el dormitorio es una de las partes más importantes porque es donde vas a descansar después de un día ajetreado, porque va a ser el lugar donde te relajes, donde leas un buen libro o donde simplemente te guste estar.
Sin embargo, muchas veces obviamos la iluminación en este lugar porque pensamos que el cuerpo necesita estar en oscuridad para descansar cuando no tiene por qué ser así. A veces la propia iluminación también nos ayuda a conseguir crear un ambiente que nos relaje y nos permita descansar sin que por eso nos afecte. Por ejemplo, si tienes una televisión, cuando la apagas el piloto se queda encendido (salvo que seas de los que se levanta a apagarlo). Esa luz se queda encendida toda la noche pero no tiene por qué molestar, se puede convertir en una guía por la noche (para ver un poco).
Con la iluminación ambiental podemos conseguir que el ambiente sea especial. Por ejemplo, si tienes una habitación con dos mesitas, una a cada lado de la cama, entonces puedes colocar unas lámparas pequeñas en ellas con una pantalla de tela para que se tamice la luz y no sea tan molesta a los ojos.
Si sólo estás tú en la habitación puedes pensar en una iluminación central. Además, si te gusta leer, o escribir, en la cama lo mejor siempre es disponer de lámparas flexibles que te permitan moverlas hacía donde quieres que vaya la luz para ayudarte a leer (no es recomendable leer de noche porque se fuerza más la vista pero soy consciente de que a veces no podemos resistirnos).
Las lámparas colgadas en el techo no están mal, es algo que se lleva pero no suelen ser adecuadas cuando se quiere relajar en la habitación porque dan demasiada luz y, al ser central, la luz es directa en todas partes. De ahí que nunca esté de más alguna lámpara o focos halógenos que puedas encender o apagar a tu gusto.
Vía: 20 minutos