El ruido ha sido uno de los factores más tradicionalmente ignorados en el sector inmobiliario, aunque en los últimos diez años la situación ha dado un giro radical. Cuando se adquiere la primera vivienda, se hace con la intención de que sea nuestro hogar durante mucho tiempo, más si la hipoteca es a 50 años, así que queremos que sea lo más confortable posible. Pero incluso si la adquirimos como inversión, deberíamos pensar en que, llegado el momento, debería ser vendible. Y una casa ruidosa es cualquier cosa menos confortable y vendible. En esta serie de artículos os iremos desvelando algunos trucos para detectar posibles problemas de ruido antes de comprar una vivienda.
El Entorno
Decir que será menos ruidoso un piso en un barrio residencial que junto a la M-30 puede parecer totalmente innecesario. Pero lo que quizás os sorprenda es que puede ser totalmente falso. Sin lugar a dudas, el entorno de la vivienda es fundamental, y hay que tener muchos factores en cuenta. Hay algunos detalles obvios, y no tan obvios, en que podéis fijaros:
- Mejor sin sobresaltos: Si está junto a una gran avenida, sabemos que va a tener un flujo constante de tráfico durante el día y la noche, por lo que habrá ruido pero será igualmente constante, sin altibajos, a lo que el oído suele acostumbrarse. Es peor que sea ruta de camiones pesados, que producen más picos de ruido.
- Calle pequeña no siempre es tranquila: Un semáforo junto a la ventana del dormitorio es muy peligroso, especialmente si se trata de una calle secundaria. En esos casos el semáforo dura poco tiempo abierto, así que serán típicos los toques de claxon cada vez que un conductor se despiste.
- Más seguridad no es más tranquilidad: Si la calle está en la ruta de una comisaría, hospital o parque de bomberos, habrá sirenas garantizadas durante las 24 horas.
- La ciudad nunca duerme: Los camiones de los servicios de limpieza hacen a menudo los cambios de turno en instalaciones situadas dentro del casco urbano, así que vigila que no haya ninguna cerca, o tendrás movimiento de camiones toda la noche. Lo mismo vale para los aparcamientos de la flota de autobuses públicos.
- El viento trae algo más que susurros: Si hay aeropuertos cerca, consulta que las rutas no pasen por encima de la vivienda. El viento influye en estas rutas, y puede que sólo se reciba ruido cuando sople en una dirección, así que mira con qué frecuencia sopla así. A modo de ejemplo, por mi casa pasan casi siempre abriendo el tren de aterrizaje, pero los pocos días en que cambia el viento modifican la ruta de aproximación y no los escucho tanto.
- Visión de futuro: Consulta la calificación del suelo de las parcelas cercanas en el PGOU, pues lo que hoy es un llano, mañana puede ser un macrocentro de ocio con discotecas o un precioso polígono industrial.
- Mucha tranquilidad puede jugar en tu contra: Una sencilla analogía es que no escuchas unas llaves que caen un bar, pero es un estruendo en una biblioteca. A menudo se puede dormir mejor en un piso con un ligero ruido constante de tráfico que en uno extremadamente silencioso, porque cualquier ruidito destacará muchísimo por pequeño que sea. Un zumbido en la lejanía puede ayudar a enmascarar los pequeños ruidos de un bloque de pisos: puertas que se cierran, objetos que caen, pasos, etc.