Un baño de realidad, hay que bajar los precios.


En un articulo del New York Times, Austan Goolsbee, señala la resistencia que tienen los vendedores en todoas partes para bajar los precios de las viviendas. Cita el ejemplo de Boston, donde hubo una drástica bajada del 40% de los precios de la vivienda entre 1989 y 1992, todos sabían que para vender había que rebajar fuertemente el precio, pero a pesar de todo, muchos seguían ofertando apartamentos a un precio irrealmente alto para el momento, solo porque los habían comprado más caros, como si el precio de las cosas las pusiera libremente el vendedor y no fuera algo que pone el mercado.

Esta resistencia a poner precios realistas a las viviendas, paralizó las ventas en Boston como está ocurriendo actualmente aquí, pues los hogares se ofertan a un precio que sus posibles compradores hoy no pueden, o no están dispuestos apagar. Es comprensible que el que compró ayer un piso y pagó 60 no este fácilmente dispuesto a venderlo hoy en 50, pero eso ya no es tan razonable cuando el que compro, lo hizo hace tiempo y pagó 18, ¿Por qué este tampoco quiere vender a 50?

Es posible que alguien ayer vendiera a 60, pero eso era ayer y hoy cotizan menos las viviendas. Cuándo nos daremos cuenta que la vivienda no difiere como bien, de una acción de Telefónica, o de un kilo de harina de trigo y que su cotización, sube o baja de valor en el mercado. Así pues, si de verdad deseas vender tu vivienda, al igual que las acciones de Telefónica, has de ponerlas al precio a que hoy cotizan, independientemente de lo que costaran al comprar. Claro está que puedes decidir conservarla esperando el día que suban, pero de nada vale ofertarla hoy a un precio que supera con mucho el de mercado.

Se comprende que se le pone a uno cara de tonto cuando piensas que ayer podías haber vendido a 60 y hoy lo ofertas a 50, pero así es el mercado y si en otros bienes, como en la bolsa, lo tienes asumido.¿por qué planteárselos en las viviendas? Negarte a vender una casa por menos que lo que pagaste por ella, es no admitir que las cosas valen lo que alguien quiere pagar por ella hoy y no lo que tu pagaste por ella en otro momento.

Goolsbee recuerda un consejo del profesor Meyer especialista en la economía de los mercados inmobiliarios que era muy claro y duro en sus conclusiones:

“If you want to sell your house then you list it at the market price and you sell it,” he said. “If you don’t really want to sell then don’t put it on the market. But don’t say you want to sell and then set the price so high that you spend the year cleaning up every morning, having people walk through your living room and look in your medicine cabinets and reject you. That’s just painful — and expensive.”

«Si quiere vender su casa, marque el precio de mercado y venda en él.” Dijo. “Si realmente no quieren vender, entonces no la ponga en el mercado. Pero no diga que quiere vender y, a continuación, establezca un precio tan alto, que pueda pasarse el año limpiando cada mañanas, con personas paseando por su sala de estar y mirando en el cajoncito de sus medicinas y diciendo finalmente que no la compran. Es doloroso y caro”.

En efecto así es el problema es convencer de ellos a quienes dicen que quieren vender. Hoy solo se vende a precios de hace dos años, esos lo sabemos todos los que estamos en este negocio.

Vía Montalvoland


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