Por gracia o por desgracia de un incendio, se ha podido desmantelar un fructífero negocio en el que se alquilaban varios minipisos de 10 metros cuadrados en Madrid. Decimos fructífero porque donde debería situarse una única vivienda, se habían adecuado las estancias para ofrecer ocho en alquiler, con lo que su propietaria obtenía unos 2.800 euros al mes.
El precio del alquiler de estos minipisos era de 350 euros, por esta cantidad se ocupaba una habitación con lavabo, una placa de cocina y una cama.
El ayuntamiento ha acudido al lugar para inspeccionar y verificar la situación de estas «viviendas» y ha iniciado un expediente ante su ilegalidad. En los informativos Tele 5 podíamos ver como su propietaria defendía su negocio y los argumentos que proporcionaba eran “yo no les pongo una pistola en el pecho para que los alquilen”. Además tenía la desfachatez de argumentar que tenía todos los permisos y licencias correspondientes.
Cierto es que no existe obligación alguna para alquilar una habitación con esas características (si acaso necesidad), pero sí existe obligación de proporcionar un mínimo de metros habitables para poder alquilar una vivienda y de ello la propietaria seguramente tenía constancia, pero conocedora de los problemas que la población tiene para acceder a una vivienda, además abusaba del precio. La realidad es que no existe correspondencia alguna entre las diminutas viviendas y la licencia que tenía otorgada y que data del año 1999.
Este tipo de alquileres deberían ser denunciados, aunque por el momento será difícil, ya que los propietarios se valen de la situación ilegal de muchas personas, especialmente inmigrantes, para mantener su negocio viento en popa. Lo que resulta más gracioso es que los vecinos del lugar crean que esta es una situación legal porque una gestora lleva el tema en regla, ¿tan incomunicados están para no saber que este tipo de alquileres son ilegales?