El norte de España es una bocanada de aire fresco para el sector inmobiliario español


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Algunos datos proporcionados por el Ministerio de Vivienda muestran que el primer semestre del año en curso ha sufrido la menor tasa de subida de la vivienda desde que en 1998 se iniciara el boom inmobiliario que propició una continuada escalada de los precios. El promedio del precio de una vivienda se sitúa ahora en unos 2.054,5 euros por metro cuadrado, lo que representa un encarecimiento del 5,8% con respecto al mismo periodo del año anterior.

La desaceleración inmobiliaria se hace cada vez más notoria y en lugares donde el aumento de precios era más pronunciado, incluso se han reducido hasta situarse por debajo de esta media, es el caso de la Comunidad Valenciana, donde la subida media ha alcanzado un 5,3%. Pisos de obra nueva libre o de segunda mano han ofrecido una subida similar, aumentando los primeros un 6% y los segundos un 5,6%. Como debe de ser, no hace mucho podíamos comprobar que a pesar del boom inmobiliario, resultaba más económico comprar una vivienda de obra nueva que una de segunda mano, es lógico y lícito que sean las viviendas de obra nueva las que reflejen una mayor subida, lo que ocurría antaño era algo incomprensible.

Según los datos facilitados por el Ministerio de Vivienda, actualmente existe un piso por cada 1,8 habitantes, aunque el reparto es muy desigual, la costa presenta una saturación de viviendas que ha propiciado un estancamiento de su precio. En la mayoría de zonas turísticas de la costa española se sucede esta situación, algo que ha permitido que muchos promotores centren su atención en una zona especialmente interesante y que puede todavía explotarse de un modo racional y ordenado.

Es el caso de la costa norte de España, comunidades como la asturiana, la gallega o el país vasco ofrecen una bocanada de aire fresco al mercado inmobiliario español, estas zonas todavía ofrecen el atractivo de no encontrarse saturadas, siendo un nuevo destino para aquellos turistas que buscan un periodo vacacional donde dormir, comer y beber bien es un requisito obligado, el que se da especialmente en estas comunidades.

Nuevas promociones, tanto de vivienda libre como de Protección Oficial, ya están proyectadas, lo que permitirá además que estas comunidades se revaloricen. La oferta del suelo es mucho mayor que la que se puede encontrar en otras comunidades como la Valenciana, si el crecimiento proyectado es sostenible y los precios se ajustan al bolsillo de quienes buscan una segunda residencia vacacional, veranear en Galicia, Navarra o el País vasco será la opción más acertada.

Vía | Levante
Más información | El Mundo
Más información | Ministerio de Vivienda


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