Parece ser que el Salón Inmobiliario de Madrid no ha tenido el éxito esperado, la situación vivida durante el último año ha propiciado, entre otros aspectos, un menor volumen de negocio, menos visitas que en ediciones anteriores, en resumidas cuentas, un reflejo de lo que está sucediendo en nuestro país con relación al sistema inmobiliario. Indudablemente la situación está cambiando y difícilmente se puede esperar actualmente la “alegría inmobiliaria” vivida hasta no hace mucho.
Un punto a destacar es el parón que está sufriendo la oferta costera, especialmente donde han saltado a los medios de comunicación los casos de corrupción inmobiliaria. Las ventas han caído hasta un 50% y como consecuencia se perfilan distintos problemas como la reducción del empleo. En el recinto ferial predominaban los stands dedicados a las zonas costeras, éstos eran los que más oferta inmobiliaria aportaban lógicamente, ya que las zonas de costa son las que más construcciones presentan y las que menos venden actualmente.
En SIMA 2007, la mayor feria inmobiliaria del mundo, indicábamos que se esperaba que la novena edición de este salón fuera un gran éxito, lamentablemente no ha sido como esperaban los organizadores. Algunos cambios que se pueden destacar de la feria podrían ser los datos sobre la demanda inmobiliaria en la localidad de Marbella, propiedades que presentaban precios comprendidos entre los 400.000 euros y el millón de euros ya no se venden, aunque claro, la ciudad ha sido muy castigada por los escándalos de corrupción. Las viviendas que se podría decir que antes se vendían solas, ahora hay que trabajarlas.
Existe una clara migración de la Costa del Sol por parte del sector empresarial de la construcción, la nueva ubicación es el Levante o incluso otros países donde la situación permite realizar inversiones rentables. No hace mucho hablábamos de Marruecos, un país que resulta atractivo para el sector inmobiliario por varias razones, precisamente este país ha adquirido competitividad frente al mercado inmobiliario que puede ofrecer la costa malagueña.
En fin, nuevos problemas aparecen, aunque el precio de las viviendas se modere o en algunos casos incluso se reduzca, este beneficio se ve perjudicado por los constantes aumentos de los tipos de interés y por consiguiente de las hipotecas. Muy difícil sería conjugar precios moderados e hipotecas reducidas, aunque sería la opción que quizá permitiría impulsar nuevamente la venta de propiedades.
Vía | El Confidencial
Más información | El Mundo
Más información | Consumer
Más información | Instituto de Práctica Empresarial
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