Un interesante reportaje del Canal Cuatro nos muestra una realidad que calificamos de indigna, inhumana e incluso aberrante, el tema a tratar es el alquiler de “viviendas” en un estado en el que además de atentar contra la dignidad humana, puede atentar contra la propia vida.
Viviendas plagadas de grietas, de desperfectos, de moho, baños de dos metros cuadrados, ruinas incluso con riesgo de que puedan derrumbarse, todo ello puede alquilarse por el módico precio de 300 euros en la localidad de Pozuelo de Alarcón (Madrid).
Habitaciones donde una mesita o un armario serían todo un lujo, ya que apenas cabe el colchón, los precios oscilan desde los 100 y los 400 euros, todo depende del lugar elegido para intentar vivir, el hueco de la escalera, un pasillo, todo se puede alquilar, incluso un camastro a compartir con otra persona.
Los propietarios de estos inmuebles no cumplen la ley, no arreglan los desperfectos, sin embargo, aumentan el precio del deprimente alquiler cada año. La imagen es verdaderamente dantesca, nosotros la asociamos a los países del tercer mundo, no cabe en nuestra imaginación que situaciones de esta índole se den en nuestro país, industrializado, moderno y con plena conciencia de los derechos humanos.
Los propietarios de estas viviendas se aprovechan de quienes tienen menos recursos, hay quien incluso alquila un taller de trabajo como si fuera una vivienda, convirtiéndolo en una pensión. Las leyes deberían pesar más sobre quienes alquilan este tipo de inmuebles, un castigo ejemplar sería que vivieran en las mismas condiciones que los inquilinos durante un buen tiempo para que comprobaran en sus carnes el trato que ellos profieren.