El candidato de CiU a la Alcaldía de Barcelona, Xavier Trias, presenta una nueva propuesta con respecto a la vivienda y de cara los jóvenes, sugiere la edificación de 10.000 viviendas protegidas de alquiler en un muelle ganado al mar del puerto de Barcelona. Lo vende como un lugar idílico para estudiantes, junto al mar y frente a la montaña de Montjuïc, una zona portuaria de poco uso que se podría liberar con la ampliación del puerto, justo entre los dos muelles que ya hay.

Sugiere viviendas de entre 40 y 60 metros cuadrados con un precio de alquiler reducido ¿basándose en su bolsillo o en el de los estudiantes?. Parece ser que lo que está preocupando al candidato de CiU es la huída de los jóvenes de la capital, lo que ha hecho crecer los pueblos colindantes llenando las arcas de los pequeños ayuntamientos.

Trias explica que necesitan la cesión de ese terreno por parte del puerto o la compra, en parte, por parte del ayuntamiento, aunque augura dos legislaturas para que la propuesta sea efectiva y un coste aproximado de 250 millones de euros.

Como quien escribe un cuento o una novela, muestra su interés afirmando que llegaría una línea de tranvía para cubrir la zona, «se puede hacer a través de concesión, de colaboración entre público y privado, siempre en propiedad del ayuntamiento». «Si hemos sido capaces de hacer el Maremàgnum en el puerto de Barcelona, ¿por qué no hemos de ser capaces de hacer un barrio nuevo para jóvenes, que sea propiedad del ayuntamiento?», el susodicho defiende su propuesta citando las ciudades que han realizado construcciones similares, Amsterdam, Rotterdam o los Docklands londinenses.

Además de esta “idea”, ha propuesto diferentes mejoras urbanísticas que, aunque son necesarias para el mantenimiento y mejora de una ciudad de tal calibre, no dejan de ser elucubraciones para conquistar a los votantes.

La noticia en La Vanguardia, en la que transcriben las palabras de este aspirante, hablan por sí solas, “las nuevas propuestas surgen a partir de hacer volar la imaginación, pero tocando con los pies en el suelo». «Es un sueño, pero que puede convertirse en realidad. Es cuestión de ser atrevidos y ambiciosos».

Más bien es meter el dedo en la llaga en un país en el que la vivienda es una meta de difícil acceso sobre todo para los jóvenes, además, ¿quién piensa ahora en vivir a pie de mar?

Vía | La Vanguardia