El periodo de vacas gordas puede comenzar para quienes refinancian las hipotecas convirtiéndose en los auténticos usureros del siglo XXI, algunos datos así lo afirman. Hasta un 60% de intereses añadidos y unos honorarios que superan en la mayoría de los casos los 20.000 euros (las empresas oficiales cobran 10 veces menos por mediar entre las entidades financieras y la familia que solicita la reunificación) para quienes realizan la gestión de la refinanciación de la hipoteca son el motivo principal por el que denominan usureros a todo el conjunto, prestamistas e intermediarios.
Las hipotecas consideradas de alto riesgo son refinanciadas convirtiéndose en hipotecas imposibles y llamadas al fracaso. Si la refinanciación es para lograr conservar la propiedad, la realidad es que la soga de los pagos se cierne más sobre la víctima. No se habla de quienes realizan las operaciones con transparencia y buen hacer, se habla de aquellas personas que intervienen cuando las entidades financieras deniegan la reunificación de las deudas para obtener una cuota menor que sea asequible, porque el titular que la solicita es declarado de riesgo y no solvente. Estas personas intervienen entonces (intermediarios) ofreciendo el capital privado de un prestamista, asegurando un gran volumen de ingresos para ambos, la comisión para el intermediario y el resto para el que pone el dinero.
Quizás la cuota obtenida como resultado de la reunificación es algo más baja y permite respirar por un tiempo, pero la realidad es que el plazo del crédito se alarga notablemente, los intereses son más elevados y además los gastos generados permiten al prestamista sacar una gran tajada de la situación.
Los intereses empiezan a subir y quienes han comprado una propiedad con números muy ajustados pueden terminar en un corto espacio de tiempo con la necesidad de recurrir a estos prestamistas que viven de las desgracias ajenas. La proliferación de los denominados usureros es cada vez más notoria, al igual que los anuncios televisivos de reunificación y es que, se trata de un buen negocio para los desaprensivos. Vale que es un negocio, pero abusivo.
El boom inmobiliario ha generado un gran volumen de negocio, eso es evidente, invertir en operaciones de financiación es una lucrativa actividad que puede generar el doble de lo invertido. Durante los últimos años la práctica de reunificar todas las deudas que tiene una familia, el pago del coche, la hipoteca, tarjetas y demás, ha crecido a un ritmo elevado llegando al 30% al año, lo que nos puede proporcionar una clara idea de lo «hipotecados» que estamos y del nuevo negocio que florece.
Por desgracia, unos buenos clientes de este creciente mercado son los inmigrantes, un 25% de los casos de refinanciación pertenece a este colectivo debido a la escasa solvencia que no les permite acceder a una de las hipotecas ofrecidas por las entidades financieras.
Otro tema muy importante a tener en cuenta, es la tendencia. Los intereses continúan subiendo y con ellos los prestamos derivados de la refinanciación, con lo que la situación puede complicarse seriamente en poco tiempo. Esta es una de las razones por las que la Agencia Negociadora de Productos Bancarios solicita que la Administración central regularice la carencia legal existente, esperemos que se haga pronto.
Vía | El Confidencial
Más información | El Economista
Más información | Blog 20 Minutos
Más información | Agencia Negociadora de Productos Bancarios