El Código Técnico de la Edificación (CTE), cuyo reglamente se comienza a aplicar en estas fechas, (año 2007), nace de las normas dictadas por la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE), aparecida en el año 2000, como consecuencia de la necesidad de actualizar las normas técnicas vigentes para la edificación, que se habían dictado en el año 1977, o sea hace exactamente treinta años.
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Podrá decirse de el cualquier cosa de la CTE, menos que sean un producto de la improvisación, o el fruto apresurado de la actuación del los actuales dirigentes del Ministerio de la Vivienda. La CTE como cualquier norma técnica, es el proceso de serios estudios realizados por técnicos competentes, en los que la política, solo incide en el momento de darlos luz verde en el BOE, pues la faceta política de este proceso eminentemente técnico, se reduce a decidir cual es el momento más idóneo para su entrada en vigor.
Los cambios en todos los órdenes de la vida en estos treinta años han sido brutales. Por poner solo unos cuantos ejemplos, de entonces a aquí hemos entrado a formar parte de la Comunidad Europea con todo lo que supone a adaptar las leyes a normativas comunitarias, las atribuciones del Estado en materia de Obras Públicas y Vivienda se han transferido mayoritariamente a los gobiernos de las Comunidades Autónomas y a los Municipios, durante los últimos años, la construcción ha sido en este país, el mayor motor de la economía y el sector que fundamentalmente ha absorbido una mano de obra emigrante que de forma mayoritaria, no procede del gremio de la construcción en su país de origen, han saltado a la opinión pública fenómenos como el cambio climático, la subida del precio de los combustibles, o la exigencia de accesibilidad para los discapacitados y una mayor sensibilidad urbanística, que han incidido fuertemente el diseño urbanístico y constructivo de las nuevas viviendas
Todos estos factores hacían imprescindible la actualización de las normas, por lo que el CTE ha de considerarse como inevitablemente necesario. Cierto que supone un mayor coste par la construcción, pero también lo es, que la sociedad española exige hoy, mayor confort y calidad a las viviendas que el que exigía en 1977. Por tanto, gran parte de las obligaciones que hoy exige la norma, son mejoras que ya se aplicaban, libremente o como consecuencias de normas de edificación de rango inferior ya existentes.
Los requisitos básicos de la LOE giran alrededor de tres bloques:
—- Accesibilidad física y acceso a servicios de telecomunicación, audiovisuales y de información.
—- Seguridad: estructural, tanto de uso como en caso de incendio.
—- Habitabilidad: higiene, salud y protección del medio ambiente, protección contra el ruido, ahorro de energía y aislamiento térmico.
Las normas oficiales de edificación, por su propia esencia, no pueden tener nada que sorprenda, o que sea radicalmente nuevo en el gremio, pero son en cambio, por fuerza, complejas y farragosas, lo que induce a los técnicos implicados en su ejecución a “dejar para mañana” el ponerse al día en la normativa. Si a esto se une que estamos en un país dominado por la improvisación, la consecuencia es una vez más, que la mitad de nuestros técnicos, están hoy “empollando“ a marchas forzadas la normativa, que tendrán que aplicar mañana mismo, para iniciar la construcción de un edificio, que por ley, ha de cumplir con la nueva norma.
Con la intención de facilitar el proceso, el Ministerio ha hecho lo que está en su mano para divulgar las nuevas normas. Desde la página de la CTE se puede descargar, (gratuitamente), juntos, o por separado, los distintos documentos que componen la CTE así como el programa informático LIDER y su manual, (la implementación informática de la verificación de la exigencia de Limitación de demanda energética (HE1), establecida en el Documento Básico de Habitabilidad y Energía).
Por su parte la mayoría de programas de gestión de obras, ya han realizado una pasarela de trasvase de datos, desde los programas al programa LIDER, con lo que basta actualizarse a las últimas versiones de los programas para poder obtener sin gran esfuerzo la documentación y cálculos que exige la CTE.
Presto, a partir de su versión 8.92, ha adaptado a las exigencias del CTE, los textos y plantillas del Libro del Edificio y las plantillas de Presto Calidad.
CYPE Ingenieros en la versión 2007 de su programa Climatización y aislamiento de Instalaciones de Edificios exporta la geometría, cerramientos, condiciones interiores y datos climáticos al programa LIDER
Otros programas específicos, también simplifican el conseguir la documentación y cálculos que exige el Ministerio. Así el programa ARKILider permite a los usuarios de AutoCAD comprobar si un proyecto cumple con la nueva normativa del CTE sin necesidad de tener que redibujar o redefinir el proyecto.
Espero y deseo, que la implantación de las nuevas normas, no sean traumáticas, pues como indico, eran convenientes e inevitable para adaptar la vieja normativa de construcción a una nueva realidad. Pasado el primer plazo de confusión inicial, nuestros técnicos, ya conocedores de las nuevas normas, no encontrarán la menor dificultad para implantarlas con la ayuda de las herramientas existentes. Solo queda que el mercado, en las peculiares y delicadas circunstancias actuales, pueda absorber sin excesivo trauma, el aumento de gastos que inevitablemente traen consigo estas nuevas normas.