Muchas son las noticias que nos llegan de los distintos medios donde nos previenen sobre los diversos cambios a los que nos veremos sometidos los habitantes del planeta. Es curioso pero es una realidad, de los desastres, de las guerras, de determinados problemas, surgen negocios más que lucrativos y eso está constatado en la historia.

Por poner un ejemplo, según el Director general de Costas, José Fernández, las costas españolas habrán retrocedido nada menos que 70 metros antes de 2050 e informa que sería conveniente empezar a plantearse una política de inmigración hacia zonas situadas en el interior. Seguramente, para quien piensa en el negocio y las ganancias, este es un buen dato para empezar a adquirir terrenos donde no exista peligro.

Una buena parte del sector inmobiliario, sobre todo el profesional, será consciente de la situación y se antepondrán las razones humanitarias a los negocios, aunque otros indudablemente se aprovecharán de ella.

No queremos ser alarmistas, pero llegará un momento en el que las viviendas a primera línea de mar desaparecerán. Esperemos que cuando se dé el caso en que algunos propietarios deban abandonar sus hogares a causa del cambio climático, como por ejemplo por la subida del nivel del mar, el Gobierno que esté al frente haya sido previsor y otorgue las ayudas necesarias para la rehubicación de quien lo precise y no se permita ningún tipo de especulación ante una posible y dramática situación.

El plan elaborado por el gobierno ante esta situación se encuentra en el vínculo del Ministerio de Medio Ambiente.

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