El Consejo de Ministros aprobó hace unos días el proyecto de Ley Hipotecaria que remitirá al Congreso de los Diputados. Esta ley tendrá como elementos estrella una bajada de las comisiones máximas por amortización anticipada o subrogación del crédito y una reducción de los gastos por cambio de condiciones de la hipoteca.

Una vez pasado el trámite parlamentario, ante un cambio de hipoteca el banco recibirá en cualquier caso una compensación de desistimiento máxima del 0,5% del capital pendiente, por los costes de gestión ocasionados al tener que buscar otra que la sustituya. Además la nueva ley establecerá que sólo podrá cobrarse una tasa por cancelación anticipada de un préstamo a tipo fijo cuando suponga una pérdida de capital para la entidad.

Este proyecto de Ley Hipotecaria también regulará las hipotecas inversas, garantizando que el propietario sigue siendo titular de la vivienda y puede vivir en ella hasta su fallecimiento y obliga a las entidades que concedan estos créditos a suministrar servicios de asesoramiento independiente a los solicitantes del crédito. Al morir el propietario, los herederos pueden elegir entre devolver al banco o caja el capital, o dejarle la casa y recibir los pagos pendientes.

En general me parecen medidas bastante razonables y con buen sentido que van a beneficiar (de una forma tibia, no es ninguna revolución) a los cinco millones de hipotecados de España.

Vía Cinco días.