Es indudable, por la cuenta que los tiene, que los promotores tratan de adaptar las casas a los gustos y necesidades de sus clientes, pues ello repercute en una mayor facilidad a la hora de venderlos.
Pero entra la duda de si las viviendas actuales recogen el cambio habido en la sociedad, o si por el contrario, sin intentarlo ni proponérselo,son las residencias que se construyen las responsables de los cambios sociales, al adaptarse el comportamiento del público a las viviendas que adquieren
En un interesante post del aquitecto Carlos Cámara Menoyo se pregunta. ¿Es el modelo actual de vivienda un buen modelo social?. La duda de Cámara procede de observar, que la sociedad española ha variado desde una postura «tradicional» a otra que denominaremos “moderna”, con cambios que afectan a las relaciones internas entre los miembros de las familias. Se ha criticado mucho el individualismo de la sociedad actual, sobre todos el de los jóvenes. Según Cámara, entra la duda de si las casas se han adaptado a este cambio, o es la sociedad la que se ha adaptado a un cambio realizado en las viviendas. La típica dudada de que fue antes, si el huevo o la gallina.
Detecta Cámara la pérdida de la primacía del cuarto de estar, como centro de la actividad familiar, ya ni si quiera se practica el rito de ver la tele juntos, pues hoy tenemos teles en todas las habitaciones, con lo que la actividad dentro de la familia se ha desplazado de la sala, a los dormitorios, que antaño solo se utilizaban para descansar y que hoy, se han transformado recintos privados, donde principalmente los jóvenes, se encierran lejos del contacto con el resto de la familia.
Propone así dos modelos posibles de vivienda, la Casa como residencia, formada por habitaciones autónomas, con servicios comunes para la higiene, comer y cocinar, el paradigma del individualismo, una versión familiar de la residencia de estudiantes, o la casa compartida y la Casa como convento, donde la vida se realiza en común en espacios grandes, la misma cocina o el salón y los dormitorios son solo pequeñas habitaciones donde dormir o un lugar donde reflexionar, que sería el paradigma de la familia unida formando un colectivo no solo unido por lazos de sangre, sino además cohesionado, comunicativo y participante en el quehacer familiar y en la solución de sus problemas.
Cuando hacemos amplios dormitorios polivalentes, restando espacio a las zonas comunes, fomentamos el individualismo. La pregunta del millón, es ¿hacemos las casas así, porque es lo que solicita el público, o el publico lleva una vida extremadamente individualista, porque las casas no reúnen condiciones para hacer una vida en común entre sus miembros?. Cámara no da una solución, pero propone que reflexionemos sobre ello.
Por mi parte opino, que el individualismo no es culpa del constructor, las causas son otras que desonozco. Mi razonamiento, es que yo he nacido y me he desarrollado en una casa con amplios espacios y en efecto, durante mi infancia, en mi casa había dos zonas de vida en común. La de los adultos, en la sala de estar y la del servicio y niños, en el cuarto de juegos y en ambos centros, había comunicación y vida en común, entre los miembros de la familia, (incluido el servicio). Las chachas no leían cuentos y nosotros oíamos Ama Rosa con ellas..
Pues bien, con el paso del tiempo, el cambio más radical que sufrió mi familia, antes de que los hijos nos fuéramos del hogar paterno, fue la desaparición del servicio doméstico interno, con lo que a efectos prácticos, aumentó la superficie por habitante e las zonas comunes. Pese a ello, se sustituyeron las camas de los dormitorios por muebles cama, que las ocultaban y liberaban espacio y poco a poco, cada niño de la casa fue teniendo su propio cuarto, mas orientado a vivir en el que a dormir.
Mientras tanto fuera de las paredes del hogar, la sociedad española sufría uno de los cambios de referente moral, más intenso de su historia desde la caída del reino de Granada. La Iglesia perdió el control a medida que el agnosticismo crecía en la sociedad, fundamentalmente en la nueva generación de jóvenes, hoy ya a punto de ser abuelos. Dentro de ese cambio, el individualismo, salió triunfante como modelo de vida, la familia fué pasndo de un sentido patriarcal a células formadas por padres e hijos con pocas comunicaciones entre si, de forma que muchasveces se desconoce a los primos..
Si hemos de echar la culpa del individualismo a alguna profesión en concreto, yo se la echaría antes a los mueblistas, con el invento de los muebles cama de todo tipo, que a los constructores, aunque en mi opinión, unos y otros solo se adaptaron a los que el público les exigía. Los cambios, no se bien a qué fueron debidos, ero en mi opinión venían con los vientos de la historia.
Via Carlos Cámara Menoyo
Ilustración Juan Guillermo de Lara