2006 un año perdido para la vivienda joven


No cabe duda que el año 2006 ha sido aciago para la Ministra Trujillo. Acaba con el “honor” de encontrarse con que la campaña de las Kelifinder, subvencionada por su ministerio, y que tenía como motivo central, regalar unas zapatillas a los jóvenes, para que se patearan las calles en busca de vivienda, entre las diez peores acciones en Internet del año 2006, tanto en a lista creada por los expertos, como en la creada por los lectores de “El Mundo”.

Por supuesto, que la campaña tenía otros fines y las zapatillas solo eran un «gancho publicitario» pero la acción resultó ser extremadamente inoportuna, En especial su slogan “Obviamente no podemos conseguirte casa, pero de momento te ayudamos a buscarla”, fue considerada un autentico insulto por sus destinatarios, los jóvenes que se afanan por encontrar una vivienda al alcance de su bolsillo.

En mi opinión fue solamente una desgraciada campaña publicitaria, sin más trascendencia, pero supuso la gota que rebosa el vaso dentro de una serie de desafortunadas acciones de la Ministra Trujillo, que indudablemente, no solo carece de habilidad para contactar con la sensibilidad de los jóvenes, sino que además tiene la mala suerte de cometer errores, que resultan especialmente desagradables a ese sector de la poblacion, como ensalzar los pisos de 35 metros, o el invento del palabro “soluciones habitacionales”. Todo ello ha colocado a la juventud española en un nivel de ”cabreo”, que para encontrar un precedente, habría que remontarse a la época de las míticas manifestaciones del Cojo Manteca.

Coordinándose a través de Internet en plataformas como “POR UNA VIVIENDA DIGNA”, o “NO VAS A TENER UNA CASA EN LA PUTA VIDA”, realizan periódicamente manifestaciones que afortunadamente, (por ahora), se mantiene dentro de los limites de una protesta ciudadana civilizada.

Menos civilizados se muestra la minoría Okupa mucho mas beligerante y pendenciera, que arrastró al bochorno a todo el Ejecutivo al obligarles a suspender una reunión de Ministros de la Vivienda Europeos en Barcelona por miedo a la contestación que pudiera tener de este colectivo, asociado a las plataformas antiglobalización..

Cierto es que resulta difícil llevar un ministerio vacío de competencias, al estar cedidas a autonomías y ayuntamientos. Precisamente en lo difuso de las leyes que marcan el territorio de cada administración, (algo de lo que no tiene culpa la Sra. Trujillo, oviamente), procede la paralización de toda nueva legislación en el sector, como la Ley del Suelo, pues cualquier ley dictada por una administración, invade inevitablemente competencias de otras, hasta el punto, que el relator de la Naciones Unidas, que ha visitado España, a petición expresa del propio Ejecutivo, para averiguar que pasa con la vivienda en España, ha declarado la situación como insostenible, señalando que el conflicto de intereses entre administraciones, es una de las causas principales y que la corrupción es mucho más grave que lo que la opinión publica haya podido saber por la prensa. ..

Si criticamos la actuación de la Ministra, no es por anécdotas, como las Keli Finder o las “soluciones habitacionale”, sino por no haber hecho nada para acabar con las dos grandes lacras que afectan al sector Inmobiliario, unas leyes de urbanismo claras, y sin posibles interpretaciones personales, en manos del político de turno, y eliminar el método actual seguido a la hora de recalificar los terrenos como urbanizables, que hoy depende de la decisión arbitrara de unas cuantas personas, que no pueden menos que sentir la tentación de abusar del inmenso poder que unas malas leyes les conceden.

Un año perdido, por la Señora Mnistra para comenzar a dar respuesta a tantos jóvenes,que desean un hogar digno, algo, recordemos, garantizado por la Constitución Española. ¿Tendrán nuestra juventud paciencia un año más para recordar pacíficamente sus derechos? ¿Seremos capaces de ayudar a cumplir ese derecho, el sector Inmobiliario en su conjunto?. Pese a los buenos propósitos que se supone que se hacen con el cambio de año, no me siento especialmente optimista.. ¡Ojalá me confunda!


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