Durante la última primavera y verano, los medios de comunicación han lanzado una gran campaña de concienciación sobre el uso del agua potable. Lo sorprendente es que gran parte de la campaña publicitaria ha sido financiada por los mismos proveedores de agua potable, cuando reducir el suministro de agua, equivale en principio a facturar menos por el suministro de agua, lo que no puede ser del agrado de los proveedores.
Todos nos congratulamos porque aparezcan coches que funcionen con menor consumo de gasolina, menos las gasolineras, que tienen su negocio en la venta de combustible. ¿Se imaginan Vds.a Repsol predicando que no nos desplacemos los fines de semana?
Ante tan raro comportamiento uno se pregunta qué intención oculta esta campaña y solo se le ocurre, el que tratan de preparar sicológicamente el terreno para plantear una descomunal subida de las tarifas, en base no al aumento de los gastos de explotación de los proveedores, ni a una mejora en la calidad de las aguas o del servicio, sino simplemente en base a penalizar el consumo del agua, al igual que lo que ha pasado con la luz en donde se autoriza un fuerte aumento de la tarifa en razon a la subida de combuetibles, sin que lo justifiquen los magnificos beneficios que han tenido las electricas, ni la fuerte cotización de sus acciones en Bolsa.
Tal postura es profundamente injusta y bastante hipócrita, el llevarnos a la idea que dejar correr el grifo cuando nos lavamos los dientes,o enjabonarnos en la ducha con el agua corriendo, nos transforma poco menos que en un ser asocial, devastador del medio ambiente y de los recursos naturales es profundamente inmoral.
La aseveración de la Sra. Ministra de Medio Ambiente que 60 litros de agua potable por persona y día es suficiente y más un abuso, es absolutamente ridícula, pues compara el suministro que el gobierno garantizar en un país seco, pero perteneciente al grupo de países mas ricos del planeta,con el suministro mínimo que la ONU aconseja en los paíises desérticos del Tercer Mundo. Indudablemente que 60 litros por habitante es una buena cifra, inclusouna meta a alcanzar, para un pueblo situado en el Africa Subsahariana, pero no puede ser un objetivo para un país que ni es tan seco ni tiene tan escasos recursos.
No dudo que en conjunto España es un país de escasa pluviosidad, pero la campaña de acusaciones y mala conciencia que nos han hecho soportar este año, por el hecho de llenar una piscina o tirar de la cadena del water, no se corresponde con la realidad, que es que, según ha cacareado el Ministerio del Medio Ambiente, en el año más seco de un largo periodo de años, venido a continuación de otro año también excepcionalmente seco, los pantanos en Septiembre, después del largo estiaje, conservaban aún el 30% de su capacidad, lo que demuestra que el consumo de agua no ha sido alocado, Aunque puntualmente, haya habido escasez en algunas regiones donde se han dado circunstancias especialmente adversas y no se han realizado trasvases desde otras cuencas, algo que, si políticamente es difícil de ordenar, no lo dudo, técnicamente hubiern sido posibles..
Aunque así no hubiera sido, llevar a la mente de los usuarios la idea que sus despilfarros son los causantes de la falta de agua es una idea falsa y perversa. El consumo de agua residencial es una parte insignificante, frente al agua consumida por la agricultura, y si hay escasez de agua para el riego, es absolutamente intrascendente el ahorro de agua que se pueda obtener si toda la población cierra el grifo mientras se lava los dientes.
Convengo en que vivimos en un país de baja pluviometría, y que parece un desatino utilizar agua potable para la cisterna del water, es absurdo gastar una fortuna en recoger, trasladar, filtrar y clorar, la cada vez más demandada agua potable, para terminar derramada en el water al tirar de la cadena, por ello parece razonable que cada finca, recicle con un mínimo filtrado el agua recogida de los fregaderos, duchas y lavadoras, para usarla en ese menester, por ello aplaudimos que en las nuevas construcciones se obligue a montar sistemas de reciclado.
Pero naturalmente con ello bajará a medio plazo el consumo de agua residencial y ello daña la facturación de las compañías abastecedoras, Por ello probablemente se pretende encontrar una disculpa para subir el precio del agua desmesuradamente, y esa disculpa es que con eso, se fomenta el ahorro de agua y así habrá agua para todo. El auténtico ahorro de agua pasa por recoger las aguas pluviales, solo contaminadas por el tejado o la tierra del suelo donde caen. Canalizarlas para el uso de riego y usos industriales como refrigerante y para el lavado industrial, si supondría un ahorro importante de agua, pues aun en un país seco como es España, el agua de lluvia que cae en una ciudad supone varias veces el volumen de agua consumido en la ciudad.
Con el aprovechamiento, siquiera parcial, del agua de lluvia recogido por el alcantarillado, se podria suministrar todo el agua que se consume en riegos y piscinas. Pero eso exige una inversión, no de los particulares como en el caso del agua de la ducha, sino de las empresas distribuidoras o de los ayuntamientos, pues hay que recoger el agua de lluvia separadamente de las aguas fecales y establecer algibes de almacenamiento y un sistema de suministro paralelo al de agua potable y de eso nadie, incluida la locuáz Ministra de Medio Ambiente. quiere hablar.
Conseguiríamos con ello otra ventaja adicional, un mejor funcionamiento de las depuradoras, pues tendrían que tratar solo aguas fecales, y no como ocurre ahora, que cuando cae un chaparró algo fuerte, no teniendo capacidad suficiente para retener ese volumen de agua, la sueltan sin tratar al cauce fluvial, precisamente cuando la turbukencia de las aguas han arrastrado el lodo depositado en las alcantarillas y el agua llega a la depuradora más contaminada que de costumbre, y de eso nadie, incluida la locuáz Ministra de Medio Ambiente, quiere hablar.
Acepto que se penalice el consumo excesivo de agua siempre que no se olvide que en una vivienda ya construida, montar el reciclado de aguas grises es muy caro, pues supone levantar todos los cuartos de baño, pero lo que no acepto, es que la inversión que hagamos los particulares en ahorro de agua potable no redunde en beneficio de quien lo consigue, sino en el de las empresas suministradoras de agua, pues además de recibir el beneficio del monopolio de la concesión de un bien imprescindible como es el agua potable, se quieren llevar el beneficio generado por la inversión en reciclado que hagan los particulares y no conviene olvidar que muchas de estas empresas son casi todas privadas y las hay que hasta cotizan en Bolsa,y de eso nadie, incluida la locuáz Ministra de Medio Ambiente, quiere hablar.
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