En el Periódico del Azulejo leemos la conclusión de Don Javier Cobián y Alonso, Presidente del Consejo General de Decoradores, que ha analizado el papel que juegan los recubrimientos cerámicos en los proyectos de interior, a los que define como material clásico junto al mármol y la madera.
Refiriéndose a los materiales clásicos, desde el punto de vista de vestir interiores: la madera, el mármol y la cerámica, son los materiales que siempre se mantienen vigentes y constituyen la base de todo trabajo de revestimiento.
La cerámica es un clásico con futuro, como lo demuestra el avance que supone la aplicación de cerámica por el sistema transventilado. Parece increíble porque aporta un notable aislamiento, textura, color, con importantes ventajas visuales y técnicas al edificio.
También comenta que no las considera imitaciones, no al menos, aquellas que merecen la pena. Un “mármol cerámico” no imita necesariamente al mármol, porque la gran gama de piezas diferentes entre sí, permite diferentes opciones, la pieza repetitiva ha muerto.
Nos gusta en gran parte la visión que tiene el Decano Don Javier sobre la cerámica. Pero nos gustaría añadir para los que se inclinen por este material, que además, la dureza y resistencia que se consigue con una correcta colocación, supera con creces a cualquier otra.
Hay que tener en cuenta los distintos tipos de cerámica y saber utilizar la más adecuada en cada lugar, ya que el mercado es muy amplio y aparentemente todas son iguales.
Existen fichas técnicas de todos los materiales, exíjalos si quiere evitar sorpresas.
Aunque un día de estos escribiremos con más profundidad sobre las diferencias existentes entre las cerámicas. Por ejemplo, hay que saber que en exteriores el gres porcelánico es el que garantiza una mayor resistencia a las heladas, ya que es la cerámica menos porosa, o sea que tienen una casi nula absorción de agua que en caso de congelación destruiría el material.
En interiores no tenemos ese problema, pero en suelos lo ideal como mínimo es la colocación de gres normal, aunque no sea porcelánico, ya que son los dos tipos de gres que más se utilizan. Luego, en paredes interiores tenemos muchas menos exigencias y se pueden conseguir baldosas más económicas si conviene.
Insistiendo siempre en una buena colocación y en unos buenos materiales, ya que de nada serviría gastarse un dineral en buena cerámica si no se coloca con la pasta de juntas y el cemento de agarre adecuado, ya que tienen un protagonismo básico para el buen funcionamiento en las dilataciones, que en exteriores son imprescindibles.
Vía | El Periódico del Azulejo