Cuando un edificio se declara en estado de ruina, se comprende que es inviable la habitabilidad, los riesgos de derrumbe o las pésimas condiciones están presentes pudiendo representar un serio peligro para sus habitantes. Para quien ha vivido toda su vida en un edificio que declaran ruinoso puede ser un trago bastante duro, hasta el punto de que se resisten a abandonarlo a pesar de los peligros existentes, es el caso de los habitantes de una corrala situada en el centro histórico de Madrid, en el Barrio de Lavapies. La corrala en cuestión presenta protección estructural y pertenece al conjunto histórico de Madrid.
Se trata de un edificio centenario y declarado en ruina, los propietarios e inquilinos del inmueble son personas de la tercera edad que no quieren abandonar su hogar y los esfuerzos de la inmobiliaria por desahuciarlos son infructuosos. Son 15 vecinos con contrato de renta antigua, donde el alquiler más caro no supera los 125 euros, la inmobiliaria les ha ofrecido hasta 12.000 euros para que abandonen su casa pero esta no es la solución..
Una persona que vive en esas condiciones generalmente tiene una renta muy baja y no podría vivir en las nuevas viviendas cuyo alquiler superaría en dos, tres o cuatro veces la pensión que cobran. Doce mil euros no es una cantidad que permita a estas personas poder cambiar de vivienda y prefieren seguir en el lugar en el que algunos incluso han nacido.
Las denominadas corralas o casas de corredor son un modelo de arquitectura del siglo XVIII y XIX, aparecieron fruto de la carencia de viviendas que entonces existía, de ahí que las viviendas sean reducidas, presenten baño comunitario y otras características muy particulares. Algunas corralas si se han podido rehabilitar y guardan en su interior museos o dependencias gubernamentales, pero otras todavía están a la espera de ser rehabilitadas.
La solución pasaría por el realojo de los inquilinos en condiciones que pudieran afrontar. De acuerdo que una inmobiliaría no es una ONG, pero debería prevalecer la ética, la comprensión y el respeto de una vivienda digna para todos.
El vídeo que mostramos a continuación muestra el peligro que representa vivir en este tipo de edificios